Dedicado: A. S. P. ∗ hacia Todo lo Justo, lo Bueno, lo Bello ∗

El Canto del Lobo (I)

Algunas creencias sobre el animal de los aullidos.


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El lobo persigue a su presa a través de grandes distancias. Puede confundir y agotar a su víctima. Durante la cacería junto a la manada, evidencia una astucia y eficacia capaz de competir con el cazador humano. Este hecho quizá motivó la tendencia arcaica universal a vislumbrar en el lobo una encarnación del mal. Pero el temor ante los poderes deprecatorios del animal de los aullidos también suscitó fascinación y promovió la creencia de que en él bullen fuerzas extrañas, misteriosas.


Así, en la costa noroeste de América del Norte, el lobo era venerado como poderoso espíritu animal que concede al chamán potencia sobrenatural. Se obtenía de esta manera una vivaz medicina con la que curar a los enfermos. Al cubrir su rostro con una máscara de lobo, el chamán, hombre de lo sagrado, se vinculaba con violentos espíritus de la caza. Los chamanes lapones se creían lobos y los chamanes tunguses invocaban al lobo para ser poseídos por su espíritu. En diversas culturas de raigambre chamánica, se relataban las visitas que los hechiceros recibían de una mujer disfrazada de lobo.


En la mitología nórdica, las valquirias, mujeres guerreras, cabalgaban montadas en lobos para atravesar el cielo. En el contexto también de la imaginación germánica, Odin muere durante la Ragnarok, la batalla final donde se destruye el mundo. Entonces, Fenrir, el lobo cósmico-hijo monstruoso de Loki- devora los restos del antiguo dios tuerto de la sabiduría. En la mitología celta, un lobo celeste despedaza el sol cada atardecer para que la noche no extienda su oscuro reino.


Rómulo y Remo fueron fruto de un lazo clandestino entre Marte, dios de la guerra, y una vestal. A causa de esta penumbra en su origen, los gemelos fueron arrojados al Tíber para que allí encontraran una líquida tumba. Pero las aguas los llevaron hasta la gruta del Lupercal, donde una gran loba, los acogió y amamantó. Cuando luego, los dos hermanos fundaron Roma, su madre adoptiva resplandeció como símbolo de la ciudad y expresión simbólica del valor y las garras destructoras del imperio romano. En la Lupercal, fiesta romana de la fertilidad, se honraba a la maternal loba mítica.


En la Europa medieval, los lobos suscitaron un profundo temor. Sus ataques sobre ovejas y demás ganado doméstico, motivó, junto al miedo, la repulsa del animal cazador. Esta presencia cercana y amenazante del lobo se combinó con la ancestral creencia en hombres animales, humanos que, generalmente en la noche y al amparo de los opalinos rayos lunares, se transformaban en letales bestias depredadoras. Esta mágica transformación acontecía en el caso de los hombres leopardo y los hombres hiena de África, y el hombre jaguar del Amazonas. Y era el caso también de los hombres lobos en la tradición occidental.


La leyenda del hombre lobo nació en Arcadia, montañoso territorio de la Grecia antigua, atiborrado de lobos. Esta creencia se entroncó con el culto del Zeus Licio (Zeus Lobo), y con Licaón. En muchas leyendas, Licaón y sus hijos eran presentados como una familia proclive a los excesos. Intrigado por estas anomalías, Zeus lo visitó una vez, disfrazado de campesino. Licaón mandó servirle carne de un niño. Encolerizado, Zeus volcó la mesa y, según algunas variantes de la leyenda, luego, como castigo, transformó a Licaón en lobo. De esta leyenda procedería después la expresión “licantropía” para aludir al hombre que se muta en animal y que aúlla y ataca el ganado de los campesinos.


Y el lobo es el señor del aullido. Autor de entrecortadas canciones en el bosque nocturno.


Lois Crisler, una científica norteamericana especialista en lobos, describe el coro de aullidos de sus animales favoritos como un placer musical y escalofriante: Fuimos despertados, en plena noche canadiense, por los aullidos de los lobos. Probablemente, su canto figura entre las más hermosas composiciones animales del mundo. Las dos voces cambiaban de continuo.


Se elevaban y descendían siempre en forma de acordes, nunca en unísono ni en disonancia. Los intervalos alternaban entre terceras menores y quintas. A veces se oía una nota larga de un lobo, mientras que la voz del otro tejía curiosos acompañamientos alrededor de la del compañero. Sus sonidos, extraordinariamente puros, recordaban los de un cuerno de caza. Los lobos se interrumpían intempestivamente y entonces reinaba un silencio impresionante, como si escucharan. La inquietante impetuosidad de aquel dúo nos envolvió en un miedo oprimente.

La científica recrea el canto de los lobos con admiración. Desde una respetuosa distancia. ¿Pero qué podría ocurrir si los misteriosos animales del bosque cantaran cerca, tan cerca que…?




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El canto del lobo


Te mueves, hermano lobo, donde se besan la luna y el bosque. Acaso por momentos, recuerdas tu nacimiento, la salida del vientre de tu madre. Aquella vez, los fríos dientes del viento mordían ramas y hojas que se movían en animada danza. Diste entonces tus iniciales pasos sobre la nieve. Alzaste tu hocico para abarcar el cielo, con una primera mirada. Pero, desde entonces, rara vez contemplas la bóveda completa. Porque siempre están cerca de ti el alma de madera de los árboles, y los senderos que zigzaguean como serpientes barnizadas de penumbras.


Mientras gobierna el sol, las paredes de tu verdadero cielo son la maleza, las piedras y los arroyos. Y en el techo de tu firmamento hay de nuevo bosque, nubes que son cabelleras de ramas y hojas. Pero, quizá, en la noche, las nubes de hojas que se suspenden en las copas, se elevan. Y entonces ves la cúpula inmensa. Y tus ojos arden cerca de los cuarzos de fuego, oscilantes. Sin fin. De las astros. Y ella, la mujer secreta, la mujer nocturna, te incendia de fascinación. Ella…


¿Cuántas veces ya la has mirado a Ella? En la noche atiborrada de nubes, o caldeada de estrellas. Y cuántas veces, mientras Ella riega una parcela del cielo con rocas de plata y enigma, tú te unes a la manada, como ahora lo haces. Y con los otros seres de tu especie, exhalas aullidos y símbolos.


Y junto con la manada, escuchas al más anciano de tus congéneres. De su garganta vetusta emana un canto. Que resuena como un cuerno de caza. Y entonces corres. Corres. En tu boca entreabierta, bullen futuros aullidos. Y tú, y tus hermanos, la siguen a Ella, cuando Ella grita luz en las alturas nocturnas o cuando recorre veloz el bosque.


Y entonces toda la manada se detiene. Y en misteriosa conjunción de voces, cantan. Cantan. ¿Acaso le cantan a Ella? ¿Le cantas a Ella, lobo apasionado?

¿Por qué cantas animal del bosque? ¿Por qué haces rodar los soles de tu soledad sobre las tierras heladas mientras te mueves con el viento para, junto con la manada, llegar a otro lugar donde debes cantar? Cantar…Cantar… ¿Qué hay en tu canto? Déjame entrever, en alguna noche de pinos y follaje, las campanas que repiquetean en tu cantar animal. Animal eres: inteligencia que piensa desde la sensación viva.


Tal vez tendría que seguir con obstinación, sin temor a la locura, a una nube que vuela ahora sobre la ciudad. Y que se dirige, sé que así es, hacia tu reino, lobo, hermano animal. Tu hogar: un mar de olas vegetales. Flujos de savia, claroscuros y sonidos. De aves y viento. Que te aman. A los que tú amas, hermano animal.


Sí, quizá debería ser nube, delicadeza líquida que desciende. Lluvia que desciende sobre el bosque. Así me imagino. Y mientras soy esa nubosidad y las gotas que se precipitan, entro en el bosque. En la noche. Y, entonces, te descubro entre el arroyo y el árbol. Y soy, imagino ser, la polifonía de la lluvia. Su crepitar constante es la caricia de un frescor vivo, profundo. Y te percibo cerca, hermano mío. Te has separado de tu manada. Respiras ahora con un aire más viejo que los mares. Una todavía callada emoción esculpe el rostro de tus antepasados en tu piel.


Y caminas ya bajo el susurro de las gotas. En el bosque. Hondo. Hondo. Y yo, gota que soy, que imagino ser, me escribo cayendo lenta. Pues quiero contemplarte más, hermano animal. Quiero contemplar tus huellas; tu anatomía empapada que arrastra las sombras de los robles; tus ojos de luz extraña que perciben árboles y misterios. Que no existen para el humano.


Y cuando estoy tan cerca de golpear la nieve, palpito en ti, criatura lejana, enigmática. Que creas una música más inquietante que la del violín o el tambor. Y caigo al fin sobre la nieve del bosque. El bosque que conozco, el que imagino. No el tuyo que mi especie no puede presentir ni sospechar. Y entonces, ¿acaso Ella está cerca, en el cielo o en la tierra? ¿Es por eso que comienzas a cantar?


Y escucho tus cantos. Tus cantos: quejidos, himnos o melodías que tallan altares. ¿A qué fuerza veneras en tu templo nocturno? ¿De qué culto eres sacerdote? ¿Cómo nadar en los lagos pintados de noche que vibran en tu voz? ¿Por qué no te compadeces de mí, de la angustia de no ser tu destino de centinela del bosque que bebe plateadas bebidas de luna? ¿Hasta cuándo, asombrado, preguntaré por tu canto, lobo salvaje?


Quizá, mientras soy agua, lluvia y nieve, tú me enseñes a fundirme con la fogata de tu voz. Quizá, a pesar de todo, ya canto contigo. ¿No será que ya las has convencido a Ella para que me acepte como el hermano de tu magia?


Quizá gracias a ti, la siento a Ella. La percibo mientras brilla y corre. Y escucho que me dices: venera a aquella mujer, que medita y nos imagina. Desde el firmamento y el espinazo de la madera.


Y junto contigo, le canto a Ella, mi hermano animal. Soy tan parecido a ti. Lo mismo que tú, persigo el magma y el misterio. Sí, por eso, contigo, hermano lobo, otra vez canto. Otra vez, concédeme el don de cantar con tu voz. En el bosque y la noche.



Escrito de: Esteban Gerardo



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El lobo y su doble simbolismo


El simbolismo del lobo entraña dos aspectos: uno feroz y maléfico y otro benéfico. Es símbolo de la luz entre nórdicos y griegos, porque es capaz de ver en medio de la noche.

En China se conocía un lobo celeste, la estrella Sirius, que es el guardián del palacio celestial, la Osa Mayor. El carácter polar se encuentra en la atribución del lobo al norte. En ciertas regiones del Japón lo invocan como protector contra los demás animales salvajes. Evoca una idea de fuerza mal contenida, gastándose con furor pero sin discernimiento.

Es un obstáculo en la ruta del peregrino árabe, y en el Dante toma las dimensiones de la Bestia del Apocalipsis.
La iconografía hindú lo ve como animal de mal augurio.


La voracidad del animal se expresa por la relación del lobo con el pecado y de la loba con el deseo sensual.
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En la Grecia antigua es una de las formas dadas a Zeus Lykaios.


En la mitología escandinava, la boca del lobo es un símbolo de reintegración cíclica, es la noche, la caverna de los infiernos, la fase del pralaya cósmico.

Su fuerza y ardor en el combate hacen del lobo una alegoría guerrera para numerosos pueblos.
Al lobo azul celeste, creador de las dinastías mongolas y chinas, se opone la loba de Rómulo y Remo, terrena y ctónica, asociada a la idea de fecundidad.


El lobo desempeña también el papel de psicopompo. En cuanto divinidad infernal existe ya en la mitología grecolatina: es nodriza de Aqueronte; de un manto de piel de lobo se reviste Hades; las orejas del dios de la muerte de los etruscos son de lobo.

En la tradición nórdica, los lobos simbolizan la muerte cósmica: son devoradores de astros, lo cual evoca el jaguar ctónico de los centroamericanos. El lobo Fenrir es uno de los enemigos más implacables de los dioses.


Entre los egipcios, Anubis, el gran sacerdote que oficia los ritos funerarios, es llamado Impu, el que tiene forma de perro salvaje.
En la imaginería centroeuropea de la Edad Media, es la forma que revisten más frecuentemente los brujos para las reuniones de Sabbat. En España es la montura del brujo. La creencia en los licántropos está atestiguada desde la antigüedad; Virgilio ya lo menciona. Es uno de los aspectos que revisten los espíritus de los bosques.

Es esencialmente el que lleva a la boca de los infiernos, que se abre de par en par en el horizonte de la tierra.





Continuará…

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15 responses

  1. Mis felicitaciones, es muy gratificante pasar por éstos lares.

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    24 de Febrero de 2010 en 22:43

  2. dario

    Excelente, gracias por poner palabras tan dulces hacia estos nobles seres, desde chico soñé, y aún hoy a los 50, con un lobo blanco que me guía a través de momentos difíciles, es por eso que mi nick es “Lobo Solitario” y una imagen de un lobo blanco en mi correo.

    Feliz de saber que no soy el único que los ama y respeta.

    Saludos a todos.

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    15 de Julio de 2009 en 7:21

  3. setkiel

    muy interesante ahora comprendo mejor mucho de mis sueños muchas gracias y enserio les felicito desde Puerto Rico…

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    23 de Septiembre de 2008 en 0:29

  4. rachel

    hola
    desde que era niña, no recuerdo cuando empece, me fascinaron los lobos
    siempre estaba pintandolos, y hablando de ellos
    con los años e ido aprendiendo mas de ellos jje
    y la verdad, siempre me e identificado con uno
    tengo muchas cosas de lobos, desde mecheros, figuras, posters, peluches, ….. hasta un cuchillo, relojes…..
    temgo muchisimos libros,entre ellos, mi favorito, fujitivo, no se si lo conoceis.
    me gustaria conocer gente que sienta la misma pasion que yo por los lobos
    dejo mi msn, por si a alguien le apetece hablar con una amante de estos hermosos animales wooman_wolf@hotmail.com

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    7 de Septiembre de 2008 en 17:52

  5. agustin

    Guuuuuuuuoooooooooo!!! man esta con madre este blog.
    Me dejaste la piel chinita

    saludos
    sigue asi man!!!

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    16 de Agosto de 2008 en 7:47

  6. anahi

    el lobo me parece un animal maravilloso, es fuerte, bello, capaz. amo todo tipo de animales :).
    saludos.

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    2 de Julio de 2008 en 17:31

  7. ¡Hola!
    ¡Qué blog tan chulo! Me encantan los animales y los lobos en especial. Me encantan los gifs que has puesto.

    Un saludo

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    18 de Junio de 2008 en 20:42

  8. Luna

    Me encantan los lobos .
    Este blog es impresionante .
    venga , sigue asi!

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    12 de Junio de 2008 en 16:38

  9. yo tambien me identifico con los lobos son animales fascinantes.

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    11 de Abril de 2008 en 1:28

  10. arisu

    me encantan los lobos y este blog…
    magnificos animales

    muy buenas fotos
    y textos.

    un saludo desde el mundo de la luna llena…

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    22 de Marzo de 2008 en 15:58

  11. yamileth

    buenno yo opino que los lobos son una lindura de animales
    muyhermosos…… bueno yo me identifico con los lobos

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    3 de Marzo de 2008 en 22:59

  12. jorge

    excelente blogs…… me gusto muxisimo y te felicito por tan buen material un saludo desde chile……….

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    18 de Enero de 2008 en 18:36

  13. Andera Diaz

    me hizo llorar … pense que ere rara por que me encantaban los lobos pero aora se que no ando sola por el cendero hacia la luna infinita…

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    24 de Noviembre de 2007 en 13:47

  14. ES PADRISIMA SU PAGINA LOS !!FELICITO!!

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    12 de Octubre de 2007 en 1:00

  15. Pablo

    Al igual que tu mi fascinacion por los Lobos es algo que tengo desde que era pequeño cada vez se fué intensificando mucho más…
    excelente tu blog me gustó mucho leerlo, cuando tenga mi blog listo os invito a chequearlo… saludos desde la sombra de la luna

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    2 de Octubre de 2007 en 7:10